Cómo han cambiado las gestiones bancarias gracias a las nuevas tecnologías

23 Junio 2019

Ninguna persona acostumbrada a la tecnología está dispuesta hoy en día a hacer una larga cola para sacar dinero, ordenar una transferencia o realizar un pago, ya que puede hacer todos esos trámites por Internet. Y no solo eso: gracias a la implantación de los préstamos online, hoy en día es posible pedir dinero a crédito con tan solo pasar un par de veces el dedo por la pantalla del smartphone.

Seguro que hace bastante tiempo que no pisas tu oficina bancaria.

Si has hecho alguna visita últimamente te habrás dado cuenta de que han cambiado muchas cosas.

Lo primero que llama la atención es que hay muchas mesas vacías. Y no es que estén la mitad de los empleados de vacaciones, sino que los principales bancos han ido reduciendo sus plantillas hasta dejarlas en la mínima expresión.

Además, cada vez hay menos oficinas abiertas al público.

Eso provoca que las colas sean el pan nuestro de cada día.

Y casi todas ellas están compuestas sobre todo por gente mayor. Personas de avanzada edad que acuden mensualmente a sacar su pensión completa para poder hacer frente a los gastos del día a día; y que comprueban con estupor cómo les cobran por todo: desde ingresar dinero en su cuenta hasta por hacer una transferencia.

Incluso algunas entidades están obligando a sus clientes a que hagan los ingresos y las transferencias a través del cajero automático.

Estas normas se ponen para dificultar mucho las gestiones bancarias del día a día y de ese modo incentivarte para que uses la banca online.

Por eso, en este artículo te voy a explicar cómo han evolucionado las gestiones bancarias en los últimos tiempos gracias a la tecnología.

Internet lo cambió todo

Hace 30 o 40 años, al abrir una cuenta corriente te daban una libreta y un talonario de cheques.

Y la poca gente que disponía de una tarjeta de crédito tenía que armarse de paciencia para hacer un pago.

La operativa habitual empezaba por la autorización telefónica del emisor de la tarjeta. Sin esa autorización, no se podía llevar a cabo la operación de pago.

Y cuando esta llegaba —después de unas cuantas consultas al teléfono— el vendedor tenía que usar un aparato denominado coloquialmente como “bacaladera” para calcar la imagen de la tarjeta en un impreso que debía firma luego.

De esa forma de pagar las compras hasta ahora, que cada vez más gente utiliza el móvil acercándolo al TPV, se ha producido una verdadera revolución.

Pero fue la implantación de Internet la que causó la verdadera disrupción en el sector.

Porque la red de redes ha permitido que las gestiones bancarias puedan hacerse online, desde casa, con solo conectarse a la web del banco.

Sin embargo, los cambios no llegaron de golpe, sino que se produjo una evolución muy gradual.

Comenzó en 1995, cuando las entidades más potentes comenzaron a implantar sistemas de banca telefónica para atender a sus clientes sin que tuviesen que personarse en la oficina.

A principios del siglo XXI, estos centros de banca telefónica se convirtieron en banca digital a través de Internet.

Pero en sus inicios, la operativa era muy limitada y mucha gente solo usaba la banca online para comprobar el saldo y poco más.

Y los clientes que necesitaban solicitar préstamos personales no tenían más remedio que acudir a su oficina y hablar con un comercial bancario.

El smartphone pone el banco en tu mano

El giro copernicano en esta evolución bancaria se produjo en el año 2007 con lanzamiento del iPhone.

El iPhone abrió la senda a otros fabricantes que lograron implantar rápidamente sus smartphones en el mercado.

Y el acceso masivo a estos dispositivos conectados siempre a Internet ha permitido desarrollar la banca digital de tal forma que cada vez menos gente tiene que acudir a su oficina para hacer sus gestiones.

Los bancos son los primeros interesados en que usemos sus propias apps, puesto que esto les permite aligerar las plantillas.

Por eso hoy en día es posible hacer todo tipo de trámites bancarios a cualquier hora de la mañana o de la noche, las 24 horas al día, los siete días de la semana.

Las aplicaciones bancarias lo permiten. Pero el gran avance del sector se está produciendo ahora mismo con las nuevas herramientas creadas por las empresas FinTech que se dedican a la concesión de créditos rápidos al instante.

Estas nuevas financieras son capaces de tramitar online todo el proceso de concesión de micropréstamos, con lo que ya no es necesario disponer de grandes estructuras empresariales.

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