El algún periodo de nuestras vidas, nos hemos visto en la situación de
tener que acudir a un banco o un prestamista para financiar nuestras
necesidades.
El algún periodo de nuestras vidas, nos hemos visto en la situación de tener que acudir a un banco o un prestamista para financiar nuestras necesidades.
Ya sea por cuestión de realizar una compra, como por ejemplo un ordenador, o simplemente para darnos un capricho, como una escapada de fin de semana, nos hemos podido encontrar delante del problema de falta de liquidez y la solución más rápida en estos casos es coger un préstamo.
Teniendo en cuenta el gran problema financiero y laboral del país, muchas personas se encuentran en situaciones económicas muy inestables y a todo esto se suma la burocracia interminable y la lentitud de respuesta de la banca tradicional. Como consecuencia, en el mercado han aparecido muchas empresas con grandes ofertas de minipréstamos, y en la lucha para atraer a nuevos clientes llegan a ofrecer incluso préstamos sin ningún tipo de interés.
Los préstamos a 0% de interés, son productos de mucho interés tanto para los prestamistas que consiguen nuevos clientes como para los consumidores que quieren devolver solamente las cantidades que han cogido prestados y nada más. ¿Pero que si ocurre un imprevisto y no podemos devolver el préstamo, que puede ocurrir?
1. Ante todo, el prestamista nos puede aplicar los llamados intereses de demora. Son un tipo de interés muy elevado, que empieza a contar des del primer día de retraso en el pago. Siempre es mejor, en caso de no poder realizar el pago a tiempo, ponernos en contacto con el prestamista, y valorar una prórroga.
2. Otro de los gastos que nos pueden aplicar son comisiones por reclamación de la deuda. Suelen rondar entre los 20 y 35 euros, y es una comisión que cobra el banco o la financiera por realizar el reclamo de pago de nuestra deuda.
3. Otro de los riesgos que corremos, es que al cabo de un mes la financiera nos puede inscribir en las listas de morosos. Algo que nos puede perjudicar considerablemente, ya que en un futuro, si quisiéramos coger un crédito o una financiación, es improbable que otro banco nos acepte la solicitud.
4. Y como última instancia, la financiera puede abrir una reclamación judicial interponiendo una denuncia. Son procesos lentos y muy costosos, que tanto nos perjudicara en caso de querer coger otro préstamo sino que también aumentara nuestra deuda de una manera muy considerable.
Antes de coger los mejores préstamos personales o una financiación, debemos leer bien el contrato y las clausulas referentes a posibles impagos. Es muy probable que la entidad financiera nos pueda dar diferentes opciones de prórroga, en caso de que no podamos asumir el pago de la deuda, pero siempre es cuestión de valorar las condiciones de estas opciones. No siempre los préstamos sin intereses resultan ser la mejor opción, ya que si incurrimos en algún impago, las comisiones y los gastos pueden llegar a ser muy elevados.
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