Con la tendencia de la economía del siglo XXI, la mayoría de los consumidores se ven en la situación de tener que financiar prácticamente todas las compras importantes. Ya sea una vivienda, un coche o incluso los estudios universitarios, la mayoría familias de pueden permitirse el lujo de realizar pagos al contado y nos les queda más remedio que acudir a una financiación.
A la hora de solicitar alguno de los préstamos personales o mini créditos, podemos encontrar varias opciones de prestamistas en el mercado. Dependiendo de nuestras necesidades y de lo rápido y urgente que necesitemos el dinero, nos podremos decantar hacia una de las opciones. Ante todo debemos valorar los prestamistas que ofrecen el tipo de interés más bajo, aunque todo dependerá de nuestra situación de solvencia, ya que, cuanto mayor sea el riesgo para la financiera, más dinero deberemos de pagar por la financiación.
Una de las opciones para solicitar una financiación, es el banco tradicional. Todos los bancos oficiales están regulados por el Banco de España y tienen una serie de directrices. No es una de las labores más fáciles conseguir un préstamo en el banco tradicional, ya que te exigen aportar mucha documentación para demostrar el nivel de solvencia, justificantes de ingresos, avales, no puedes en ningún caso aparecer en los ficheros de RAI, etc. Además de todo esto, es un proceso bastante lento. La ventaja a todo esto, es que la tasa de intereses es la más baja que se puede encontrar entre los prestamistas, y si ya eres cliente del banco, con buena historia, te ofrecen mejores condiciones de cuentas y otros productos financieros.
Como segunda opción, tenemos las entidades financieras de créditos, o como se les llama también EFC. Estas entidades, se diferencias de los bancos solamente en el hecho, que no pueden crear deposito ya que no tienen Fondo de Garantía de Depósitos, pero si conceden financiaciones e hipotecas ya que el Banco de España les lleva el control. Dichas entidades ofrecen grandes ventajas a los usuarios, como por ejemplo, aunque aparezcamos en los ficheros de morosos, nos pueden conceder minicreditos. Además, son muy rápidos y no exigen prácticamente documentación. Los préstamos se pueden pedir por internet y no hace falta desplazarse a ninguna sucursal y perder tiempo en las colas. La única desventaja significativa que tenían estas entidades, era que los intereses podían ser de más de 25%, aunque a día de hoy, y con la gran demanda en el mercado, han bajado significativamente las tasas de intereses y prácticamente son iguales que en la banca tradicional. Un ejemplo de las entidades financieras son las empresas Vivus y Cofidis.
Y como última opción de financiación, podemos encontrar los capitales privados. A este tipo de préstamos solamente acuden los clientes que no han podido ofrecer las garantías suficientes a las anteriores opciones. Los prestamistas del capital privado, suelen tener una tasa de interés extremadamente elevada, y solo conceden préstamos a muy cortos plazos y con avales de bienes inmuebles libres de cualquier tipo de cargas. No están regulados por la Banca de España.
Antes de solicitar una financiación, debemos valorar nuestra situación económica, y no arriesgarnos a la acumulación de deudas innecesarias y a las tasas de interés que al cabo de un tipo no podremos pagar.
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